Adaptación curricular familiar
UN MODO REAL Y PRÁCTICO DE GENERAR EQUIDAD Y COMPENSAR DESIGUALDADES EN EDUCACIÓN
Artículo escrito por: Luna García Abad, Orientadora Educativa.
Urge un documento de apoyo al profesorado que imparte docencia en nuestros centros educativos, con la finalidad de que podamos recoger la información necesaria y previa a la planificación de la enseñanza durante el mes de septiembre, dada la incertidumbre aún de cómo será planteada, si presencial a tiempo total para todo el alumnado o de otro modo según evolución de la pandemia y la vulnerabilidad de ciertos colectivos a los que tendremos que darles respuesta inmediata. Dejar nuestra planificación a expensas de una decisión externa, como es la que se dicte desde nuestro gobierno, supone ralentizar nuestra labor, en contra de la operatividad y urgencia en la toma de decisiones a nivel educativo que requiere la situación actual.
Las estadísticas nos hablan de un 30% de alumnado que no va a obtener una evaluación final positiva, porque no se ha podido contactar. Factores que van desde la falta de medios tecnológicos en casa, como de la ausencia de comunicación de determinadas familias con la escuela requieren ser tenidos en cuenta de aquí en adelante..
Este hecho no es el único a valorar. Garantizar que los resultados positivos se deban a un aprendizaje real en formación online es atrevido, y asegurar que el aprendizaje del alumnado está adquirido e integrado más aún. La entrega de tareas a través de plataformas digitales, no garantiza que las hayan hecho sin ayuda de adultos, hermanos mayores o amigos, en cada uno de los casos que estadísticamente nos muestran evaluaciones positivas.
Diseñar una enseñanza desde una situación como la actual, requiere de una planificación previa basada en la información relevante de cada familia que va a influir en el alumnado. No puede hacerse solo desde un despacho o aplicando una normativa que también se hace desde este mismo lugar, con la mejor intención de que todo funcione, pero que no siempre se ajusta a la realidad como estamos viendo ahora, porque no controlábamos todos los datos familiares imprescindibles para poner en marcha el plan virtual. Asumir nuestra responsabilidad como docentes, requiere ponerse a trabajar cada uno desde donde esté y aunar criterios haciendo propuestas de mejora.
Este desajuste familia-escuela junto con la revolución que la pandemia nos muestra en cuanto a la utilidad de las TICs como a la importancia del estado de salud, física y psíquica del ser humano, hace que tengamos que tener en cuenta, todos los posibles factores que influyen en el aprendizaje del alumnado así como en la posible teleformación que gracias a esta pandemia hemos conocido y empleado para seguir adelante desde nuestras casas y que hay que aprovecharla también como modo de trabajo complementario a partir de ahora, tanto para actividades en horario no lectivo como en períodos vacacionales o festivos para continuar adecuadamente el enlace familia-escuela.
Sin una información de la situación real de nuestro alumnado, difícilmente podremos poner en marcha algo en septiembre que no sea burocrático y alejado de nuestra realidad. La familia no es solo agente primario de socialización, sino que hemos comprobado durante este confinamiento, que de no haber sido por su apoyo, jamás habríamos iniciado una educación online, pues es el eje desde donde gira la vida de nuestro alumnado, antes de la pandemia, ahora y seguirá siéndolo siempre.
¿Cómo no vamos a contar con ellas cuando todo esto pase? ¿Nos sirve el modelo de relación que hasta ahora hemos tenido con ellas desde la escuela? ¿Se ha dado respuesta a toda la población? ¿Tenemos certeza de lo que han apoyado los padres en esta enseñanza o de los conocimiento y herramientas TICs que poseen? El porcentaje de alumnado al que no hemos llegado así como lo que están viviendo en cada casa concreta, con situaciones de pérdidas de familiares o amigos, de trabajo, de salud propia, de emociones contradictorias debidas al confinamiento y que no siempre sabemos gestionar, entre otras muchas cosas, ponen de manifiesto que “no hemos estado a la altura” de todo nuestro alumnado, cuando no se ha llegado al cien por cien de ellos además de tomar conciencia de lo imprescindible a lo que también tiene que dar respuesta la escuela.
La escuela en esta pandemia ha demostrado que no ha podido compensar desigualdades. En septiembre, hay que seguir aprovechando esta visión de la familia como elemento clave para el diseño de nuestras actuaciones y que podamos paliar la desigualdad en los colectivos más desfavorecidos principalmente. Presentamos un modelo de documento de trabajo, de cuestionario a rellenar por las familias, para recogida de información previa a considerar en nuestra planificación del próximo curso escolar. La enseñanza estará por tanto individualizada a cada caso concreto, en cada zona o contexto educativo según los datos obtenidos tras el análisis de los mismos.
Igual que recogemos la información del alumnado de E.I. previa a nuestras charlas de acogida, tenemos que hacer un barrido de qué está ocurriendo en cada casa y con cada niño o niña menor de edad durante este periodo de confinamiento, para luego poder pensar en cómo organizar la enseñanza con distintas metodologías y que los orientadores podamos diseñar las tutorías, charlas o búsqueda de pruebas llegado el caso y si así lo consideran, que midan el estado emocional del grupo o de casos concretos, teniendo como base la información que se recoja en el documento que planteo y adjunto a continuación.
Es por ello que denominaremos como “Adaptación Curricular Familiar” a nuestro diseño posterior, como parte del plan de trabajo post Covid-19 desde una nueva mirada de programación. Se trata de “adaptar-nos el currículum a la familia” para llegar al alumnado y generar aprendizajes reales. ¿Cómo vamos a enseñar a un niño o niña que está en duelo por la pérdida de su abuelo si no tratamos eso antes como requisito previo a la enseñanza de fracciones o análisis morfológicos? ¿Cómo van a enfrentarse a no tener a sus padres las 24 horas del día nuestro alumnado de infantil? Urge diseñar actividades para una nuevo y masivo “período de adaptación”.
Sus mentes van a estar en otra dimensión que desde la escuela tenemos que atender o al menos buscar quien atienda a raíz de detectar necesidades.
La figura del orientador cobra una especial relevancia, y es determinante para trabajar estos contenidos y aspectos hasta ahora no tan evidenciados de ser tenidos en cuenta como base de aprendizaje en nuestros
menores o contenidos estrella de nuestra labor diaria.
Esta “ACF” hay que entenderla, como ajuste real del proceso de enseñanza aprendizaje, como modo de llegar y conectar con la vida de nuestros escolares desde lo esencial. ¿Y qué es lo esencial? La vida, es lo esencial como estamos viendo y viviendo; nuestra salud es lo prioritario, y tras el COVID-19 hay que atenderla al completo, no previniendo con medidas para control del estado físico, sino sanando y asegurando también el estado psíquico y social.
¿De donde parte la vida? De nuestro origen, de nuestra familia, y a partir de ahí construimos un mundo individual y social. Este mensaje es el que traslado a mi alumnado y al profesorado, cuando expongo cómo vamos a trabajar una norma en el aula o con la familia ahora desde el lugar donde también estoy. Os traslado mi modelo de entender la orientación educativa y al enseñanza en general como una triada que parte de la familia y desde ahí, trabajamos con el menor para que sea posible.
Todos lo estamos sintiendo en esta dura etapa a nivel mundial qué es lo esencial, es algo indiscutible. En base a la autonomía pedagógica diseñaremos una enseñanza individualizada, sin esperar a que nos digan cuando o como trabajar, pues contamos con el conocimiento y la experiencia tanto para trabajar online como presencialmente. El desarrollo de la misma será cuando nos lo digan y en las condiciones o con las medidas que nos indiquen para preservar lo esencial, nuestra salud, nuestra vida…
Recoger a modo de screaning datos fundamentales de la situación, nos permite ese diseño posterior de la enseñanza considerando cuatro grandes bloques de contenido:
Situación personal de la familia tras el COVID-19, pues es probable que el confinamiento haya hecho estragos en más de un hogar y pueda haber separaciones o rupturas que afecten al menor y que no existían antes, así como situaciones de tensión por pérdida de empleo de alguno de los progenitores o tutores legales llegando a agravarse las dificultades de convivencia si existen adicciones por ejemplo o enfermedades en casa físicas o mentales) .
Ámbito emocional/desarrollo personal del alumnado.
Grado de desarrollo de la enseñanza no presencial online que ha habido en cada casa (nivel de competencia y elementos TICs).
Ámbito curricular: expediente del alumno y evolución del curso anterior (destacando los datos ocasionados tras el confinamiento).
Deseando que sea de utilidad y con el ánimo de aportar desde mi lugar, os dejamos este cuestionario para utilizarlo como herramienta y que podéis descargar aquí.
Si quieres visualizar la misma herramienta del cuestionario online, accede aquí
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